sábado, 6 de febrero de 2010





















& ella se fue, se canso, se marcho...
Ya no quiso amar, no quiso hablar, no quiso hacer nada mas,
despues de un largo tiempo volvio, pero ya no era la misma,
tal vez habria llorado en el trayecto de su viaje, en donde dejo todo lo que queria, sera por eso que ya no tiene cosas preferidas. Sera por eso que ya no reconoce nada de lo que hacia, ya se olvido de todo lo que queria.


Qué hay tras su mirada. Si no tuviera ese azul pudiera ser una sombra que da miedo. Sombra o silencio, no sé, pero da miedo. Hay que rezar. Zafiros difíciles de imaginar imitan la esperanza perdida. Y los mirtos escuchan las profecías de los amores traicionados. Oigo ya el silencio dulce de la noche. Qué me importa, aguantaré. El reloj de sol lleno de bruma no marca las horas. Hay que confiar. Pero cuidado, la Vieja Luna me ha ofrecido granos de granada.

viernes, 5 de febrero de 2010


Un duende silencioso, sin contemplaciones, aterrizó en tu cara. Era un ángel caído, quería beber poco a poco de tu boca, quería arrebatarte esas sonrisas que incendiaban mi cuerpo cuando quise refugiarme en tus ardores de hembra. En tu rostro, lago de magnolias, los sentimientos que se reflejaban cuando saboreabas el alcohol de aquel amor de esquina, eran como manos que enredaban nuestros cuerpos temblorosos. En la oscuridad taciturna de tu boca, gritaba la llama del deseo, mientras mordía tus labios llenos de arco-iris. Aquella sed de amante podía con mi soledad, soledad de callejuela. Íbamos descubriendo con nuestras caricias húmedas de tanta hambre de amor, la mentira. Aquellos días, el río Sena trataba con fe de vagar bajo el áureo y ronco sueño del atardecer. El viento puro que rozaba el cielo, reía con su cara rapaz, entre las verticales heridas de las calles que no dejaban paso al sol, ora nácar, ora trigo. Las parejas de enamorados y los gatos pasaban a nuestro lado arrastrando su sombra, en busca de su rincón bajo el puente los unos y su tejado preferido, los otros. Caminábamos sumergidos en una niebla de confusión. El Dedo que señala el camino, jugaba con nuestro destino, parecía lleno de negras manos. Pero, los románticos cervatillos de nuevos amores, saltaban de alegría entre los tilos de nuestros corazones para espantar las sombras que nadaban entre las redes del silencio. Estaba palpitando un nuevo amor, tan hermoso, como los sueños de los dioses. Antes de separarnos... Vimos como se transformaban en cielo las palomas al volar. Ese cielo que empezaba a seducirnos con amores imposibles. Mientras abrazaba tu cuerpo, curvas que desprendían olor a cerezas, y, enterraba mi cabeza llena de nieve cuajada, entre las raíces que temblaban como las hojas del rosal en tu vientre inquieto, escuchamos como las aguas del río golpeaban el horizonte, empujando a la tarde para dejar paso al crepúsculo que, siempre perplejo, buscaba mirarse en tus ojos de gacela. Tumbados en la orilla, recibíamos baños de luna, y, nuestras manos se apoderaban de su magia. Abríamos nuestros cuerpos de par en par para recibir las caricias. Besos como burbujas de colores, como sortijas de un amor que brillaba en un paraíso imposible. Permanecimos perdidos en una eternidad que no nos pertenecía. Transparente como un vuelo, silencioso como un pueblo abandonado, el Amor, nos sumergió en aquella exótica pasión. Desde ese momento fuimos veleros por un mar de destellos luminosos. Anduvimos por bosques de extraños brillos. Nos amamos con tanto cariño, como los sauces mecen el silencio. El Amor revoloteaba entre las palomas de nuestros vientres. Cielo tormentoso de pasión incontrolada. Bebimos caricias hasta saciarnos. Los indómitos gritos de pasión se fueron acallando y apareció el silencio como ruido de noria sobre las horas solas. En estos idilios rebeldes, errantes y prohibidos, la noche vive sin sentido. Nuestros cuerpos desnudos se agitaron, y, durante un latido, sobrecogidos de placer, descubrimos que la pasión muere para vivir. Fuimos dos grandes árboles que rezaban al azul. Cuando no nos acaricie el viento de esta pasión, seremos astillas de carrasca y olivo que daremos vida al fuego eterno. Hasta entonces, dejemos esta historia de nuestro amor en el túnel del recuerdo.

jueves, 4 de febrero de 2010


El día avanza rápidamente. En su rostro no queda rastros de luna. Una llovizna desnuda conserva su melodía en las hojas de las higueras que custodian la cabaña. En la lejanía brillan trozos de arcoíris roto.
Chispea el sol sobre el valle, y sus rayos palpitan en las agujas de los pinos que intentan penetrar en el bosque. Quieren conseguir desentrañar secretos, enigmas que permanecen ocultos bajo una escarcha sortílega.

La sombra de la noria que rueda junto al río, acaricia sus orillas tratando de apaciguar la bravura de su nacimiento.
Él, no puede avanzar en sus recuerdos. Solo tiene presente los asomos apasionados de Elia, miradas cosidas por unas pestañas salvajes, que brotando del musgo de sus ojos, trataban de convencerle de lo imposible de su amor.

Hace tiempo que anda extraviado entre sueños. Sale y entra del mundo real, sale y entra del tiempo y del espacio. Traspasa todas las dimensiones cósmicas. Todo lo que cuenta es verdad, la única mentira es él.
Se crió entre vagabundos, con ellos aprendió a ser libre. Intenta que cada día sea diferente. Es la fuerza que le empuja desde que nació.
Y dice que: “Escribiré sobre el canto de las estrellas, sobre el regreso de la iguana, sobre las ramas que cubre el pozo, sobre la tristeza que arrojo cuando un amor me deja, sobre las orquídeas cuya raíz se asemeja a un testículo, sobre las montañas de Nimrud, sobre la verdad vacía, sobre los amores ocultos, los estigmas, los pigmeos, los dogmas, el karma, el gemido, el gajo, la gota, el gesto, la tasca de mi pueblo, los dioses Olímpicos, sobre el tercer volumen de la “Doctrina Secreta”, sobre mis amigos los sauces, los fresnos, los robles, y el cedro, sobre los mares del pútrido pecado, sobre el ombligo de las amantes, sobre el mecanismo de negación, sobre el beso, el celo, el cero y el dedo, sobre el “Dieu ailé”, la transparencia del vuelo de las aves, sobre la lotería de Navidad, que siempre cae a otros, sobre las pagodas de flores que cubren las tumbas de los difuntos el día de Todos los Santos, tratando de reparar el olvido al que fueron sometidos cuando vivían por su familiares y amigos, sobre mis rituales de humo de ciprés, enebro y pino...
Bien... Escribiré a pesar de las comas, a pesar de la sintaxis, a pesar de la imagen acústica, del contenido significativo, de la fonética, de la fonología, de las consonantes sonantes, a pesar de los verbos irregulares: Erguir, satisfacer, aducir... y de plugo...

miércoles, 3 de febrero de 2010

Hace frío y tengo la tarde libre. Las calles de la ciudad parecen más bien solitarias, el cielo está más gris de lo normal, en la televisión dicen que va a llover, pero aún así tengo ganas de hacer algo entretenido y salir a recrearme un rato. Es verdad, está más helado de lo habitual, pero no es nada que no se pueda arreglar con un buen abrigo y bufanda, después de todo, lo que más importa, es que tengo la tarde libre.

Caminando por las calles de Providencia, me detuve en un negocio y compré unas galletas. Continué mi caminata esta vez rumbo a la Avenida Pedro de Valdivia y de pronto llegué hasta las afueras del Instituto Cultural de Providencia, donde descubrí que se estaba llevando a cabo una exposición de pintura llamada “Yira”, la cual me pareció bastante interesante e hizo optar por pasar una tarde totalmente cultural.

La muestra es interesante, no cabe duda alguna, tiene algo que intriga, capta la atención y va transportando poco a poco a un mundo especial. Tal como lo mencionaba anteriormente, esta exposición adopta el nombre de “Yira” y está al mando de la artista nacional Clara Romero Peragallo, quien nos muestra un trabajo visual que consiste en 19 telas que muestran diversas perspectivas en cuanto a lo que son los principales tangos argentinos tan conocidos alrededor del mundo. En las pinturas que pude apreciar con detalle, va graficando con una evidente emoción y gran toque de dramatismo lo que inspira a los principales compositores del tango a la hora de sentarse a crear una obra musical y presentarla al público. En este proceso existen muchos factores, mezclas de sentimientos y vivencias reales que llevan a cada músico a componer la letra de un estilo musical tan influyente y característico del otro lado de la cordillera.

Obras dinámicas, llamativas y con mucha expresión nos van mostrando lo que ocurre en este ámbito de la música. Pinturas con colores fuertes y combinaciones que a ratos parecen absurdas y algo agresivas, van sumergiendo cada vez más en esta exposición, que adquiere el nombre de “Yira” en alusión al conocido tango que hizo popular hace un par de años atrás el compositor Enrique Santos Discépolo y que se transformó en un verdadero himno entre los amantes de este estilo musical.

Trazos y colores que van conformando testimonios y vivencias desbordadas de sentimientos como las que podemos apreciar en la letra de un tango, se reflejan en los cuadros; amor, melancolía y más amor se apoderan de cada trabajo y van dejando en claro que para componer una pieza digna de todo tanguero, hay que estar enamorado, pues no importa si se trata de un amor correspondido o no, o quizás de un amor que se torna en una simple ilusión, acá los personajes retratados están definitivamente enamorados de la vida en sí, del mundo en que se desenvuelven.


Por otro lado, también se habla del baile y como a través de una pieza de tango se puede llegar a conquistar a aquel amor, pues los delicados movimientos de este estilo y la elegancia que predomina en cada paso que se realice junto a la pareja de baile, muestran una magia que sólo un buen tango puede otorgar.

Tal como en más de una ocasión lo ha mencionado la propia artista, sus trabajos constan de un importante análisis a las conductas humanas, haciendo énfasis en las relaciones amorosas y la soledad, dos estados contradictorios que de una u otra forma se hacen presente en algún momento de la vida de toda persona.

La técnica predominante a través de sus trabajos es el uso de óleo sobre un soporte de papel sencillo, además de contar con muchos dibujos elaborados en acuarela, lo que le otorga un aspecto más bien sencillo a sus obras. Contrastes de colores, juego de sombras y trazos agresivos insertos en escenarios pasteles dan vida a una composición que resulta armónica, agradable a la vista y que lleva más allá de lo que parece evidente a los ojos de cualquier persona. Cada obra intenta reflejar una historia en particular la que se mezcla con aspectos propios de la vida humana y va dando paso a interpretaciones que pueden resultar diversas, pero que en todos los casos pasa por entender la esencia de las cosas. Una muestra interesante, conmovedora y recomendable en todo sentido. Aquella tarde fue doblemente especial, una vez más me conecté con el arte, lo admiré y me dejé llevar por su encanto, una magia similar a la que se vive en una simple pieza musical de tango que escuchamos mientras observamos los trabajos de este encuentro artístico. Tomo un folleto y converso un rato con otros asistentes al evento que comparan algunas pinturas, mientras el aviso de próximas muestras en el recinto, nos hace programar desde ya una nueva tarde cultural.