lunes, 9 de noviembre de 2009

Alguien dijo una vez que el amor es una acto fe, aquellos que no tienen fe, es muy posible que no tengan amor y que tampoco lo puedan dar.

Existen muchos actos de fe, como también existen muchos actos de amor, el amor es como los espectros, como los fantasmas, todos hablan de él, pero nadie ha conseguido verlo nunca, bajo esa premisa se mueve el mundo, sobre el amor, sobre la fe, sobre la creencia de Dios, actos todos, que bien podían parecer impúdicos a los ojos de un visitante exterior, morimos y matamos, sentimos y basamos nuestra vida en actos de fe, que no pueden ser vistos, ni ser tangibles por ninguno de nuestros sentidos y aun así, la gran parte de la humanidad sigue creyendo en ellos.

Fe, ese es el tesoro, tener fe, quien la tiene, tiene el santo Grial, posee un antídoto, un antidepresivo, un antibiótico un todo en si mismo, quien tiene fe tiene la vida, la posee, la agarra con las manos, quien carece de ella como yo, solo es un baluarte, una vela ondeando al viento.

Yo
perdí mi fe, hace mucho tiempo, cada día que pasa, la esencia de lo que antes fue un vergel de fe, se marchita, me es imposible creer en nada ni en nadie, y cada día veo más claro que todo es mentira y nada es verdad, he llegado al punto de no retorno, el punto en el cual soy incapaz de mentirme a mi mismo, porque en eso consiste la fe, tener fe no es otra cosa que no llegar hasta la fuente original de la verdad, conformarse con aquello es lo popular, o con aquello que simplemente esta escrito por otras personas, aceptarlo, aceptar sin el más mínimo disentimiento y sin la más mínima pregunta.

He buscado mis
verdades, he contestado a todas mis preguntas y como consecuencia he perdido mi fe, podía darse a entender que la búsqueda de la verdad y el conocimiento nos hacen infelices, en cierta manera es así, el desconocimiento, la ignorancia son sinónimos de felicidad, quien busca responder sus preguntas, quien se enfrenta a diario contra la multitud, quien mantiene que un solo hombre puede defender su verdad ante un millón, solo encontrara hastió y desolación, para mi ya es tarde, pero lanzo esta idea a aquellos que la quieran entender, pero sobre todo, a aquellos que la quieran poner en practica.

El conocimiento nos hará más sabios pero no más libres, no al menos en este mundo, la búsqueda de la verdad nos hará ser genuinos, exclusivos, pero no hará que seáis más felices, aplicar vuestro conocimiento, encaminarlo hacia vuestra manera de vivir, o de
sobrevivir..., de aquello que seáis capaces de sacar provecho, en cierta medida, se basara vuestra felicidad, ya es tarde para mi, yo no puedo ya prostituirme de esa manera, por ello, se cual es mi fin, la amargura, el resto de lo que me quede de vida será así, un sin fin de actos amargos, una concatenación de sucesos a los que siempre podré poner titulo y fin, pero a los que nunca tendré la posibilidad de redactar el enunciado, siempre que leí un libro supe como iba acabar, creo que también se como acabara mi vida, si alguien lee esta carta, por favor que no me diga que estoy deprimido, porque no es así, nunca vi el mundo tan claro y mucho más el mió, si de verdad me queréis, si de verdad os importo, ayudadme, ayudadme a encontrar mi fe, o prestadme un poca de la vuestra, si me queréis, haced eso por mi, no se si lo merezco, quizás tal vez no, solo pienso en voz alta, tal vez alguien quiera contestarme en voz alta también, vaya mi respeto y mi saludo por delante a aquellos que lo hagan, pero también a aquellos que permanezcan en silencio, a veces los silencios son más reveladores que los discursos, yo jamás pude quedarme callado, y tal vez sea esa mi desgracia, tal vez debiera o debería permanecer más atento, o simplemente escuchar más, o simplemente, no debería pensar tanto y actuar más.

Leyendo mis propias palabras, intento ser traductor de mi mismo, pero no hallo conclusiones, para ver un cuadro o paisaje ha de hacerse desde lejos, desde la lejanía y la perspectiva, os vuelvo a preguntar, os vuelvo a invocar, os invito a la contestación, no estoy perdido, ni necesito encontrarme, sois mis amigos, tan solo pretendo escuchar atentamente, este es el lugar y esta es la hora, escuchare vuestras palabras y entonare vuestros silencios.

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