lunes, 14 de diciembre de 2009

Puso un papel sobre la mesa .Venía impreso ya con unas temes líneas paralelas. Tomó un lápiz y sobre ellas dibujó unos signos que había aprendido en su infancia por una especie de convención iniversal que así lo determina. Diferentes combinaciones de veintisiete caractéres lingüísticos , acompañados circunstancialmente por media docena de signos de puntuación. Con el mismo sistema de aprendizaje otra persona puede , luego de observarlos detenidamente , interpretan hechos reales o ficticios , o pensamientos abstractos que la primera haya dibujado sobre el papel . En este caso se trataba simplemente de un poema , triste. Se lo envió y ella , que en su infancia había aprendido a interpretar esos mismos caracteres , los observó detenidamente ya continuación , se puso a llorar desconsoladamente . Consideró milagroso el hecho de poder conmover de esa manera a un ser humano sólo dibujando unos signos en papel , expresando algo imaginado por él mismo . Ese solo acto justificó su existencia . O al menos , en ese momento , el lo sintió así .

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